Hacia la unión con Dios

Archive for febrero 2021

PERDONAR

Posted by pablofranciscomaurino en 26 febrero, 2021

-Perdona siempre, perdona anticipadamente a todos: no guardes rencor por la ofensa recibida.

-Pero no te olvides de corregir al que yerra, que es una obra de misericordia: repréndelo, como enseñó Jesús (Lc 15,3), para que se enmiende.

-¡Cuánto hubiera agradecido que alguien cercano a mí me hubiera corregido, para que me diera cuenta de mis errores! No habría cometido tantos…

-Es falta de amor no corregir.

-Pero corrige por amor y con amor.

Posted in La conducta del cristiano, Reflexiones | Etiquetado: , , , , , , , , , , | Comentarios desactivados en PERDONAR

¿Sin Misa ni Sacramentos?

Posted by pablofranciscomaurino en 16 febrero, 2021

«En el corazón de todos los hombres de buena voluntad, aunque no crean en Cristo, obra la gracia de un modo invisible, puesto que Cristo murió por todos». (Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano II, 22)

 

-Si esto es así para «todos los hombres de buena voluntad», ¡cómo no va a obrar la gracia en nosotros, los católicos si, por alguna causa, algunos no pueden ir a Misa ni recibir los Sacramentos!

Posted in Doctrina de la Iglesia, Eucaristía, La conducta del cristiano, Santidad | Etiquetado: , , , , | Comentarios desactivados en ¿Sin Misa ni Sacramentos?

El sentido del sufrimiento

Posted by pablofranciscomaurino en 14 febrero, 2021

Cuando se adquiere la perspectiva de la eternidad, cuando dejamos de pensar que esta vida lo es todo y que es apenas “una mala noche en una mala posada”, como decía santa Teresa, y que nos espera la dicha sin fin (si nos portamos bien); todo tiene sentido: el sufrimiento, la enfermedad y hasta la misma muerte pasan a ser simplemente medios para alcanzar ese fin: quien sufre o se enferma se purifica, es decir, se limpia de sus imperfecciones para poder entrar al Cielo (adonde nada impuro puede entrar), y la muerte es la cesación de todas las penas, dudas, incertidumbres, anhelos y esperanzas: se descansa de todo y se llega a la paz verdadera, a la alegría inconmovible, a la dicha sin fin.
Por todo esto, los cristianos sabemos acoger el sufrimiento propio o el de los seres queridos como una bendición; es más: como la mayor bendición, pues Jesús mismo nos enseñó que cuanto más se sufre en esta vida tanto más se goza en el Cielo; con una diferencia: aquí sufrimos durante un tiempo muy corto, mientras que en el Cielo gozaremos ¡eternamente! Además, la intensidad del gozo celestial que nos prepara Dios es tal, que nos parecerá una nada lo que sufrimos en la Tierra. Y exclamaremos dichosos: ¡Valió la pena, valió la pena, valió la pena!
Dios es el Amor en sí mismo; es por esto que no podemos dudar de que todo lo que nos sucede ha sido sopesado previamente por su infinito amor antes de permitirlo y, si decidió que eso es lo mejor, ¡es porque lo es!
Cada enfermedad, cada angustia, cada preocupación, cada lágrima, cada dolor… es lo mejor que nos puede pasar: está medido por el Amor de Dios, es una caricia suya (dolorosa, por supuesto, como dolorosos son muchos tratamientos médicos, pero sanadores y, en este caso, presagios de la dicha eterna). Es por eso que san Pablo afirma que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros (Rm 8,18).
No nos preocupemos, pues, si sufrimos: ¡en esos momentos se está cocinando nuestra felicidad eterna! Dios nos está purificando con su Amor infinito, para recibirnos allá, y volcar sobre nosotros todo su Amor, con el cual se llenarán todas las ansias de felicidad que tuvimos durante esta vida. ¡Cómo no ha de hacer valer Dios nuestras penas y trabajos!
Mientras tanto, entreguémonos al servicio de los demás: eso es amor auténtico, amor efectivo, precisamente el que nos mandó practicar Jesús.
Y oremos sin cansancio y sin descanso por nuestros familiares, amigos, conocidos y por todos los hombres: Dios espera esas oraciones para poder actuar en cada uno de ellos, y llevárselos al Cielo.
Estamos en las manos amorosísimas de Dios, ese Dios que dio la vida por amor a nosotros. ¿Qué mayor prueba podemos pedir?
Allá nos abrazaremos en un abrazo eterno, mientras gozamos de la dicha sin fin.

Posted in La conducta del cristiano, La Cruz | Etiquetado: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Comentarios desactivados en El sentido del sufrimiento

¿Estás seguro de que así fue?

Posted by pablofranciscomaurino en 14 febrero, 2021

Muchos sostienen que personas o instituciones dijeron o hicieron algo, sin haber sido testigos presenciales o tener pruebas contundentes.

Y hasta se atreven a juzgar sus intenciones, como si las conocieran.


Olvidan lo que dijo Jesús: “Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces.” (Mc 4,24)

Posted in La conducta del cristiano | Etiquetado: , , , , , , , , , , | Comentarios desactivados en ¿Estás seguro de que así fue?

¿Amar a Jesús?

Posted by pablofranciscomaurino en 6 febrero, 2021

¡Todo lo que me has dado, todo lo que me has perdonado, todo lo que me has protegido, todo lo que me has enseñado, todo lo que me has amado…!

¡Y tanto que te he ofendido y tanto que he ofendido a mis hermanos, tus otros hijos!, ¡tantas infidelidades!, ¡tantas ingratitudes!, ¡tantas faltas de correspondencia a tus gracias!, ¡tantas frialdades para contigo!… ¡Perdón, Señor, perdón!

¿Y me sigues amando? ¿Por qué? -Ah, ya sé: porque Tú eres el Amor, y no puedes menos que amarme. ¡Estoy abismado contemplándote, Amor mío: hecho hombre por mí…, azotado por mí…, coronado de espinas por mí…, crucificado por mí…, ¡sufriendo tanto por mí, muriendo por amor a mí!… ¡Cómo no amarte! ¡Cómo no arder de amor por ti! ¡Cómo no dar la vida por ti!

Posted in Oraciones, Santidad | Etiquetado: , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Comentarios desactivados en ¿Amar a Jesús?